Imagine que usted va a una tienda de calzados y compra un par a su gusto gracias a que el vendedor ha tenido la paciencia de mostrarle varios modelos, colores y números hasta dar con el que a usted le calza perfecto. Luego se despide agradecido del vendedor, paga y al querer retirar su compra el empacador no se la entrega. Muy probablemente usted reclamará en caja o con el encargado de la tienda, pero no verá en el vendedor el problema.
En ese caso hipotético hay un sistema de venta en el que el vendedor juega un rol clave en darle seguridad al comprador para tener éxito en la venta y generarle ganancia al negocio; es una lógica que amenaza con perderse en los sistemas de subcontratación.
Desprotección laboral
Los trabajadores en régimen de subcontrato, que son los que hacen funcionar las compañías del retail que contratan los servicios outsorcing de recursos humanos, hoy están en desprotección laboral, y eso ha quedado al descubierto y que dirigentes del Sindicato Complementos Chile están denunciando permanentemente.
Se trata de un subterfugio muy conveniente para las empresas mandantes, como empresa de telefonía Claro, para no pagar los servicios trabajados realmente por los vendedores de Planes Hogar de telefonía e internet a nivel nacional.
Los trabajadores y trabajadoras subcontratados suelen estar expuestos a las arbitrariedades de los empleadores cuando ellos fijan condiciones definidas unilateralmente en los contratos laborales, las que no pueden ser modificadas por el trabajador o trabajadora, aun cuando en la letra de los mismos se señala que la “partes acuerdan” tal y cual condición.
Y este es un caso de esos que afecta a los vendedores de servicios de telefonía e internet de la compañía Claro, a quienes les condicionan el pago de sus remuneraciones a ciertas metas a cumplir y a estatus de aprobación e instalación del servicio vendido.
¿Cómo funciona el sistema outsorcing que desprotege a los trabajadores?, aquí se lo contamos.
Con la pandemia, que obligó a todos a confinarse en las casas, los planes de servicio hogar de internet se masificaron y los vendedores han vendido muchos de estos planes. Sin embargo, este trabajo que conlleva un gran despliegue de estrategias de venta no tiene la recompensa merecida al vendedor, sobre todo cuando el servicio de instalación demora o simplemente falla por alguna razón.
Lo que está sucediendo en la práctica es que los vendedores de la compañía Claro no reciben su remuneración o sus comisiones por venta si es que el servicio no queda instalado en el hogar. Parece un mecanismo justo para el que compra, pero no lo es para el trabajador y trabajadora de ventas.
«Si el instalador falla, la venta no se le paga al vendedor«
El vendedor y el instalador pertenecen a empresas externas distintas, y si la instalación falla el vendedor no tiene forma de corregir ese hecho porque no tiene ningún control sobre esa etapa final de todo el proceso de venta. Es decir, si el servicio no se instala, entonces el trabajo de la venta no se lo paga nadie al vendedor.
Lo que se ha visto es que si un instalador hace fracasar la instalación o no asiste a tiempo al lugar, la venta queda anulada, y al vendedor de Claro junto con no recibir el pago justo de esa venta, le cae encima la molestia del usuario que compró el plan. Los insultan y los tratan de “sinvergüenzas”. Injusta situación por donde se mire. Luego ha podido ocurrir algo mucho peor, y es que el instalador ubica al comprador frustrado y le vende el plan en arreglo con otro vendedor a un precio más bajo.
Uno de los vendedores afectados por esta situación, nos relató la experiencia que ha tenido al vender servicios de internet hogar con entrada satelital, otros con cableado hibrido o fibra óptica. Le sucedió que al vender el plan en sectores rurales o incluso en la ciudad, al hacerle el seguimiento a la venta, se dio cuenta que el cliente le reclamaba por la espera de más de 15 días de instalación.
Esa circunstancia le causo gran perjuicio por no recibir las metas por ingreso y la venta por modalidad de pago, dado que el pago de la venta está condicionado a la instalación y también a que produzca un determinado número de ventas aprobadas. Si hizo 6 ventas, pero se instalaron 2, por ejemplo, la remuneración se vio afectada al proyectarse en el porcentaje de venta, ya que había que restarle la venta mensual por la no instalación.
El vendedor debe hacer seguimiento del pago
Otra situación injusta para el vendedor contratado en esta modalidad de subcontratación, se produce con los bonos de incentivo, que están sujetos a que el cliente pague a tiempo las 3 primeras cuentas del servicio contratado. Si el trabajador quiere obtener ese bono, debe hacerle “seguimiento” a ese cliente para asegurarse de que pague.
Es decir, en ambos casos, el trabajador no tiene forma de conocer cuál será realmente su remuneración final. De hecho, solo se enteran de los descuentos cuando a fin de mes le llega el listado de ventas rechazadas o si el cliente incurrió en mora.
El sindicato atento a estos problemas que se generan con los subterfugios del régimen de subcontratación ha puesto en conocimiento de estos hechos a la empresa outsorcing ECR Group para que corrija esta deficiencia del sistema en que el vendedor no tiene forma de controlar o hacer seguimiento el proceso de instalación por cada venta. “Si el trabajo se hizo, éste debe ser remunerado, independiente de las circunstancias fuera de control del vendedor”, señalan.