Se trata del socio Víctor Maraboli, trabajador de la cuenta Soprole. Hace ocho años, junto a su esposa, comenzó a hacer cuchuflis y alfajores artesanales. Con los años fueron mejorando la fórmula hasta llegar a la "receta perfecta". Se caracterizan por sus diseños y variados colores, que los distinguen en el rubro de las delicias. Son tan sabrosos que un pedido llegó hasta Venezuela.